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El rey Sául había pecado al desobedecer a Dios durante la batalla de Michmash, donde debía destruir a todos los enemigos amalecitas y no lo hizo. Por ello, Dios decidió retirarle su bendición y envió al profeta Samuel en busca de un nuevo «ungido», de un nuevo rey para Israel. Su destino era Belén, donde vivía Isaí con sus hijos. Uno de ellos era el elegido y Samuel, como profeta, debía saber cual.
Para evitar un castigo del rey Saúl, el profeta se excusó alegando que viajaba para realizar un sacrificio. Una vez en casa de Isaí, el profeta conoció a siete de sus ocho hijos, pero ninguno le resultó el ungido. Cuando preguntó si faltaba alguno, Isaí llamó al más pequeño: David, y cuando el profeta lo vio, supo que era él. Allí, delante de su padre y hermanos mayores, le ungió como futuro rey de Israel. El rey David fue el sucesor del rey Saúl y el segundo en reinar el antiguo Reino de Israel, cuya historia inicia en el libro de (1 Samuel 16) David, escribio profecias acerca del Mesias, tambien fue el padre de uno de los grandes gobernantes de Israel, Salomón. Descargar gratis Mp4 En general, su fidelidad al Señor fue de tal calibre que se le llama el varón según el corazón de Jehová (1 Samuel 13:14). En las mismas Escrituras se declara que él hizo siempre lo recto a los ojos del Señor, salvo en lo tocante a Urías heteo (1 Reyes 15:5). Habiendo servido los designios de Dios en su generación, durmió (Hechos 13:36). Fue inmensa su influencia en el seno de la humanidad. Fue él, más que Saúl, quien instauró la monarquía en Israel. Su influencia espiritual se perpetúa por sus salmos, que la cristiandad entera atesora siglo tras siglo. David es un tipo notable del Señor Jesucristo: cuando era perseguido por Saúl, prefiguraba a Cristo en Su rechazamiento; cuando en el trono, fue un tipo de Cristo como varón de guerra, destruyendo a Sus enemigos como paso previo a Su reinado de paz durante el Milenio, tipificado por Salomón. David fue el receptor del Pacto Davídico, por el que el Señor le dio la promesa incondicional de darle una descendencia eterna, y un trono estable eternamente. Esta profecía se cumple en Cristo Jesús, su descendiente según la carne (Mateo 1:1). El Señor Jesús recibe con frecuencia el nombre de Hijo de David, y con todo el es Señor de David; sobre este hecho hizo una pregunta a los judíos (Lucas 20:41-44). También recibe el nombre de raíz y linaje de David (Apocalipsis 22:16). Siendo Dios, así como hombre, bien puede ser ambas cosas. Tiene también la llave de David (Apocalipsis 3:7), (Isaias 22:22-24). Tiene en Sus manos todo el destino de la Iglesia, del futuro reino sobre la tierra, y en general de las naciones. En el se cumplirá en su plenitud el pacto dado por Dios a David (2 Samuel 7:8-17), confirmado a través de Jeremías (Jeremias 23:5-8; 33:14-21) y presentado como esperanza todavía futura para la nación de Israel al finalizar el recogimiento, de entre los gentiles, de un pueblo para Su nombre (Hechos 15:16 ). |
El Rey David
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